¿Qué es Propósito & Acción?


De poco sirve tener una IDEA si no la pones en PRÁCTICA. De nada sirve marcarte un OBJETIVO si no haces el TRABAJO que lo convierte en realidad. Pero lo más importante es tener clara tu META y trazar una hoja de ruta que se ajuste a tus NECESIDADES. Precisarás ORIENTACIÓN FORMATIVA para recorrer el camino, MOTIVACIÓN que te impulse hacia adelante y ASESORAMIENTO PERSONAL para sacar lo mejor de ti mismo.

Ese es el PROPÓSITO, pasemos ahora a la ACCIÓN.



54 manzanas P&A sacaron plaza en las oposiciones 2018
Mostrando entradas con la etiqueta Cosas mías. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cosas mías. Mostrar todas las entradas

13 septiembre 2018

¡Levántate y anda!

La última entrada que escribí en este blog fue el 19 de septiembre de 2016 y se la dediqué a uno de mis más queridos opositores que sacó entonces su plaza. Después la vida me arrastró hasta otros mares de frases hilvanadas y otros puertos donde atracar los sentimientos, sitios en los que di rienda suelta a mi incontinencia expresiva. No cerré el blog pero sí las doscientas veinticinco entradas escritas en él desde el 1 de septiembre de 2012. Consideré entonces que ya había cumplido su función, la de mostrarme. Y así pasaron dos años... Lo eché de menos a menudo, ¡claro que sí!, pero el día a día me llevaba de aquí para allá y nunca fui capaz de abrirlo y volver a escribir en él... Me resistía a ello, como si fuera volver a andar los pasos andados. Y, además, ¿de qué iba a escribir? Agotado, así lo consideré desde entonces. 

Pero nada más llegué de Roma a principios de mes, en pleno paseo nocturno por la playa de mis veranos, mirando al Atlántico y sus olas, recordé todo lo que durante tanto tiempo éste fue para mí en las largas jornadas de trabajo en el despacho... Y volví a sentir el vértigo de su pantalla en blanco, la semipenumbra en la que me envuelvo cuando escribo se me presentó como la noche de aquel día, y el haz de luz del foco sobre el teclado se disfrazó de la redonda luna... El blog. 

Varios días después, ya en Sevilla, cuando reabrí la celda del despacho, el hambre de blog se apoderó de mí... Como el que se acerca a una capilla en la que los santos son las letras enlazadas, lo abrí y allí estaba él, esperando a que le quitara los cerrojos y limpiara sus líneas ya muertas. ¡Qué alegría! Y qué tristeza también. ¡Cuántas publicaciones aún hoy plenas de sentido! Y cuántas otras obsoletas y desmerecidas... Leí y leí, y así me dio la duodécima hora. Abrí las persianas para que la oscura noche de septiembre me iluminara. Y de este modo, rodeado de luz azul, me propuse resucitarlo. ¡Levántate y anda!, le dije, como si de Lázaro de Betania se tratara. Pero yo no soy el Señor, aunque comparta con él su nombre, y si quiero que el blog vuelva a la vida tendré que insuflársela volcando en él lo que de mi cabeza rebose.   

¡Qué año más especial este que se aproxima a su recta final! Se anuncia ya el equinoccio y la caricia templada del otoño nos llama a capítulo. ¡Cuánto me cambió la vida en estos meses pasados! ¡Cuánto ha de cambiar aún hasta llevarme al solaz ansiado! Y qué mejor compañero de viaje que este desahogo escrito por el que dejo escapar todo lo que en mi ya no cabe, lo que, expresándolo, ordena mi mente, sacándolo de ella, para, una vez recompuesto y ordenado, nuevo y de ideas alimentado, luego volver como el hijo pródigo, redimido por el castigo del amor enamorado. Y es que por dos fuerzas femeninas, mi cuerpo es estirado. Una, la señora del Tíber, con sus fiestas, sus gloriosos atardeceres, sus obras de arte, sus libros ofrecidos por próceres; otra, la del Guadalquivir, con sus olores y sus amores, sus quehaceres y callejones, sus vírgenes y sus santos señores. Roto en dos tendré que andar el camino. Y doy por cierto que lágrimas y desconcierto serán acompañantes y amigos. Dispuesto a echarme a andar y a derramarme a menudo, encuentro que este blog debe ser de estos meses mi testigo. Y a ello me dirijo.